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Como pasar de mercado libre al regulado

febrero 10, 2023
Como pasar de mercado libre al regulado

Mercado libre en España

La política de competencia es un elemento central de la política económica. Esto se debe a que el buen funcionamiento de la competencia es clave para crear prosperidad, crecimiento y empleo. Si se diseña bien, la política de competencia abre los mercados y limita el poder económico de los agentes individuales. Esto fomenta la innovación, garantiza que los recursos se distribuyan de la mejor manera posible y refuerza la soberanía del consumidor.

Esta situación competitiva significa que las empresas siempre tienen que anticiparse a que sus clientes cambien de proveedor si éste ofrece bienes y servicios comparables más baratos o produce mejores productos. El resultado es un incentivo permanente para seguir desarrollando productos y servicios, y a menudo para seguir ofreciéndolos a precios más bajos. Esto genera una competencia de la que se beneficia sobre todo el consumidor.

Así pues, la libre competencia no sólo se traduce en una formación de precios justa, una mayor calidad y productos diseñados pensando en el consumidor, sino que también es un fuerte incentivo para ofrecer avances tecnológicos. Esto, a su vez, alimenta el crecimiento y el empleo en la economía.

Capitalismo de libre mercado

En el capítulo anterior reconocimos la posibilidad de que los mercados dejados a su libre albedrío no produzcan los mejores resultados desde el punto de vista del impacto neto sobre todos los participantes en el mercado. En algunos casos, la diferencia entre un mercado no regulado y lo que podría ser posible con cierta influencia exterior invita a considerar las medidas que podría adoptar un gobierno u otro organismo de control. En este capítulo final, examinaremos algunas de las categorías clave en las que puede considerarse la intervención y qué medidas reguladoras pueden adoptarse.

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El bienestar y la estabilidad de cualquier sociedad dependen de que sus miembros puedan adquirir los bienes y servicios que necesitan o desean. En las sociedades primitivas, estas cuestiones se resolvían mediante una figura de autoridad reconocida (por ejemplo, un rey o un líder militar) o el uso de la fuerza. En la época moderna, aunque todavía tenemos reyes y dictadores, la fuente de autoridad suelen ser las leyes y organismos gubernamentales. Las sociedades que utilizan principalmente autoridades centralizadas para gestionar la creación y distribución de bienes y servicios se denominan economías colectivistas. La filosofía del comunismo se basa en la prescripción de que la autoridad centralizada es el mejor medio para satisfacer las necesidades y deseos de sus ciudadanos.

Ejemplos de regulación del mercado

Empecemos por entender el problema. Imaginemos que un día su banco o compañía telefónica publica todos sus registros de transacciones o llamadas telefónicas en un sitio web para que todo el mundo pueda verlos. Imaginemos, siendo más realistas, que la empresa, sin su permiso, simplemente vende sus registros a otra empresa para que ésta los utilice en sus actividades de marketing. Un amplio consenso estaría de acuerdo en que la publicación en el sitio web no es deseable. Muchas personas también se opondrían a la venta de información personal sin el permiso del cliente.

Hoy nos enfrentamos a una urgencia especial a la hora de decidir cómo utilizar los mercados, la autorregulación y la aplicación gubernamental para proteger la información personal. Existe una sensación generalizada y precisa de que se está reuniendo una mayor cantidad de información personal en bases de datos, y de que cada vez más personas disponen de los recursos informáticos y de telecomunicaciones necesarios para acceder a esa información personal y manipularla. La economía y las tecnologías que subyacen al uso de la información personal están cambiando radicalmente. Estos cambios, a su vez, hacen bastante probable que tengamos que cambiar los acuerdos institucionales que rigen el uso de la información personal.

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Tipos de regulación del mercado

Mucha gente no sabe la respuesta a esto: “¿pagas la electricidad en el mercado libre o en el regulado?”. Hay dos formas de pagar la factura de la luz. Es importante conocer la diferencia entre ambas: lo que cambia es el precio que vas a pagar por la energía.

Pulsas el interruptor y se enciende la luz. “Como por arte de magia”, pero todo depende de las centrales eléctricas que generan la energía y de las compañías eléctricas que la venden y envían las facturas al consumidor final.

La mitad de los hogares españoles (13 millones) están en el mercado libre y la otra mitad en el mercado regulado. Pero el mercado libre está en alza, de hecho en los últimos meses ha superado al mercado regulado.

Por supuesto. Liberalización significa precisamente eso: poder elegir. Quien quiera cambiar la tarifa PVPC, puede recurrir al mercado libre. Los consumidores que están en el mercado libre pueden cambiar al mercado regulado, siempre que su potencia contratada no supere los 10 kW.

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